miércoles, 3 de diciembre de 2008

MONOTONÍA

Pero cada mañana es distinta. Te levantas, con sueño. Te vistes, coges las cuatro cosas de siempre y sales. Pones el piloto automático a bordo del coche y te dejas llevar por el subconsciente. Más circulación, o menos. Da igual. Siempre es lo mismo. O no. Llegas a la puerta del cubículo de las 9 horas y suspiras un ¡ya estoy aquí! ¿qué nos deparará el día de hoy? No es por no ir pero, si he de elegir entre ser monótono o ser imaginativo, me paso al bando de Ende, así al menos mi mente no se colapsará del infinito vacío. De esa absoluta "nada" que se consigue por trabajar sin saber. Por aprender sin deber. Mejor ver, oír y callar. Pero sobretodo mirar. Que lo único diferente cada día es el amanecer, que no es poco.

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