lunes, 23 de febrero de 2009

Motivación...


...o al menos de eso se trataba.

El Director General de una compañía realiza una reunión general para explicar el rumbo que seguirá la empresa durante el próximo año. Casi toda la reunión se basa en ventas, ventas y más ventas. La irremediable enfermedad de los Directores por que sus empresas tengan crecimientos de "dos dígitos". Loable y merecida expectación por el entusiasmo mostrado ante tal locución. Al final, un pequeño comentario sobre de lo que de verdad se trataba la reunión. Sobre los objetivos del año. Sobre motivación. Sobre cómo conseguir que el personal se sienta realmente involucrado en el proyecto ante éste año de crisis. Parece que la mayor parte se la han llevado los vendedores en una reunión dónde ellos no se encuentran presentes, sólo oficinas.


Luego, la típica reunión de cada año con el jefe en la que, además de comentarte el aumento salarial para el año en curso, se te prepara una buena estaca que te irá introduciendo poco a poco en el recto hasta que ésta realmente te llegue a doler. Cada año la estaca es distinta. Más grande. Más pequeña. Pero siempre hay una y, aunque no sepas por qué, siempre te la meten hasta el fondo.

Si se trataba de motivar al personal, el efecto conseguido ha sido el contrario, al menos en mi caso.

Porque si lo que deseas realmente es tener a tu personal desmotivado, como buen jefe, deberías seguir en siguiente decálogo:


  • Dígale que los Jefazos le echaron la culpa a Vd. por cosas que no le había explicado. Pero no le diga que no se las explicó porque Vd. quiere abarcarlo todo. Ya se sabe, el conocimiento da el poder.

  • Dígale que antes de tener una hija trabajaba más horas y se quedaba hasta tarde sin problemas, y ahora no. Pero no le diga que cumple su horario a la perfección y que no falta nunca, ni aún estando enfermo.

  • Dígale que, aunque no sea cierto, sus superiores se quejan de él porque entrega los informes tarde. Pero no le diga que realmente no se han quejado, sino que es Vd. el que se queja.

  • Dígale que la hora del desayuno y la comida ahora serán los que Vd. quiera. Pero no le diga que vulnera sus derechos.

  • Dígale que, aunque todos los datos se entren manualmente, tiene algunos fallos. Pero no le diga que en lugar de gastarse el presupuesto en comidas y viajes se lo podrían gastar en una buena base de datos automatizada.

  • Dígale que no le van a aumentar la totalidad del sueldo y que un 1% se lo van a pagar en objetivos. Pero no le diga que ese 1% de su sueldo es equitativo a ir al cine una vez al mes. Seguro que es tan lerdo que ni siquiera lo sabrá. Y tampoco le diga que el trabajo extra que hizo le ahorró a la empresa 12.500 euros de los que él no vió un céntimo.

  • Dígale que desde que entró en la empresa hasta ahora ha visto en él un cambio a peor. Pero no le recuerde que en la baja que Vd. tuvo durante 9 meses fue el quién hizo todo su trabajo quedándose hasta las 8 de la tarde sin recibir nada a cambio.

  • Dígale que debe mantener una actitud más positiva, porque últimamente lo ve desmotivado.

Pero eso sí, dígaselo después de decirle todo lo anterior.


Te estoy jodiendo, pero sonríe.

miércoles, 14 de enero de 2009

Otra manera de quemarse en el trabajo - El "BoreOut"

Y mira que no quiero escribir cosas malas pero claro, te pones a leer y a indagar un poquito en algunos blogs de gente que "sabe lo que dice" y te acabas dando cuenta de que también perteneces, aunque no quieras verlo, a ése grupito de los "quemados por el aburrimiento laboral" también conocido como Boreout.

Si hoy en día una persona no está estresada, no es importante en el mundo del trabajo. Es mucho más divertido hablar de estrés que de aburrimiento. Por eso, ahora se exajera mucho cuando se habla de estrés: ¿a quién le gusta admitir que se le exige poco en el trabajo? ¡A nadie! Y como nadie habla de ello, uno puede llegar a pensar que es el único en sufrir esta miserable situación. Pero esto no es así, ya que es evidente que no sólo existen empleados estresados, sino que también se encuentran aquellos que no tienen nada que hacer, los que no se identifican con su trabajo y se aburren. Estos son los que sufren boreout.

Ésta perla que os dejo, a algunos les va a sonar a propio:

El Síndrome del “Boreout” consiste en tres elementos: aburrimiento, infraexigencia y desinterés debido a una ausencia significativa de tareas. Es un malestar común que afecta a todo empleado al menos una vez en su vida laboral. Mira a tu alrededor y fíjate en algunos de tus compañeros de trabajo. ¿Hay alguno de ellos que no haga nada durante todo el día? ¿Alguien que sólo finja estar estresado? O piensa en ti mismo, ¿no tienes nada que hacer en tu lugar de trabajo? ¿Tu jefe no delega? ¿Podrías hacer más de lo que te permiten hacer? Si es así, ya tienes alguna idea de lo que estamos hablando. Se estima que el 15% del personal de las oficinas está en camino al “boreout”. Pasar gran parte del día simulando que uno se encuentra trabajando genera aún más efectos negativos que el stress por exceso de tareas. El resultado es la depresión grave, pero que por favor no se den cuenta en la oficina. La paradoja del boreout es ésa a pesar del odio de la situación, se experimenta la sensación ser incapaz de pedir tareas más desafiantes, o más aún, de buscar un nuevo trabajo. En estudio de tiempo realizado por Dan Malachowski reflejo que el 33% de sus 10.000 encuestados dijo que su trabajo no presentaba desafío alguno y como resultado pasaban un promedio de dos horas al día para matar el tiempo en facebook o myspace, o planificando sus próximas vacaciones e incluso organizando el partido de tenis de la semana.


¿Cómo puedo ser víctima del boreout?

Hay varias situaciones por las que el boreout puede aparecerce delante de nuestras narices. En términos de procesos del grupo, es muy posible que el jefe (o ciertos miembros ambiciosos del equipo) asuman todo el trabajo interesante, ya sea por el desafío que implica la tarea o la recompensa que trae aparejada, delegando sólo aquellas rutinarias y aburridas para el resto de los integrantes. Además, suelen extender esta estrategia en el tiempo evitando delegar y haciendo que los pedidos por tareas más interesantes por parte del equipo comiencen a disminuir. Como consecuencia a mediano plazo: Un jefe estresado por sobrecarga (burnout) Un grupo de empleados con la autoestima por el suelo e inventando todo tipo de estrategias para no ser descubiertos en sus “tiempos muertos” por miedo al despido (boreout) En un equipo de seis, que a menudo se encuentran dos personas que asumen la mayor parte del trabajo y, al menos, uno tiene casi nada que hacer. Él no es perezoso es sólo una parte de la dinámica de grupo.


La patología del boreout

Con el tiempo uno se va acostumbrando a la situación de estar en jaque permanente en cuanto a su “sub-ocupación” dentro de la organización. Comienza a integrar esas horas que dedica a temas particulares como algo cotidiano. Es más, nos adaptamos a esta nueva realidad. La comodidad que por una parte representa esta situación es nuestro principal enemigo silencioso. Comenzamos a inventar estrategias para justificar la baja productividad y no perder los privilegios de estas cada vez más “agradables” horas libres en nuestro horario de oficina. Lo peor…comenzamos a tener aversión al trabajo.


Algunas de las estrategias utilzadas por los que sufren de boreout

Simular llevarse trabajo a la casa a modo de “compensación”
El pseudo-compromiso hacia nuestros superiores (en general nuestros victimarios) justificando lo injustificable en cuanto al tiempo insumido en nuestras tareas
Fingir estar estresado y correr de un lado para el otro con papeles en blanco en la mano
Inventar malestares para poder salir de la oficina
Simular haber comenzado a fumar para salir a la calle de a ratos



Algunas señales previas

Si contestas que afirmativamente a al menos 4 de las siguientes preguntas probablemente te encuentres al borde del boreout:
1 - ¿Estás privado por completo de tareas en el trabajo?
2 - ¿Te sientes poco motivado o aburrido?
3 - ¿A veces finges estar ocupado?
4 - ¿Estás cansado y apático después del trabajo a pesar de que no experimentaron el estrés en la oficina?
5 - ¿Estás satisfecho con tu trabajo?
6 - ¿Le encuentras sentido a tu trabajo?
7 - ¿Podrías completar tu trabajo más rápido de lo que lo estás haciendo?
8 - ¿Tienes miedo a que por tu situación laboral te bajen tu sueldo?
9 - ¿Envias correos electrónicos a tus colegas durante las horas de trabajo?
10 - ¿Tienes poco o ningún interés en tu trabajo?


¿Cómo puedo evitar caer en el boreout?

Sólo hay dos opciones para evitar una rápida declinación al boreout: Hablar sinceramente con tu jefe apenas comiences a padecer los síntomas planteando tus ganas de desempeñar tareas más desafiantes. Según lo expuesto al principio de este artículo si tu superior es la mismísima causa de esta situación plantéale la situacion tambíen por correo electrónico a modo de evidencia y más adelante acude al jefe de tu jefe. Perder el miedo a cambiar de trabajo ya que en general suele ser la mejor acción.



Via: micarreralaboralenit

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Delegar, delegar, delegar...

Llevo un rato pensando que el primer jefe que existió fue aquel que supo delegar él primero sus tareas a otra persona.
Y es que a veces las cadenas de mando son tan largas como absurdas.
Sin ir más lejos hoy he hablado con una persona a la que le han dicho que debe hacer unos informes de venta para su jefe que a su vez a éste se los ha pedido su jefe nacional que a su vez se los ha pedido su director general que a su vez se los había pedido en primera instancia su presidente.
Queda claro pues que el trabajo de un manguito es inversamente proporcional a la cantidad de personas que deseen delegar por encima de él e indecorosamente abismal a la diferencia de salario recibida por realizar el trabajo.
Si cuatro personas por encima de él cobran en dobles proporciones a cada escala de la cadena, ¿no sería más inteligente reducir la cadena de parásitos de la escala al mínimo exponente para que la rentabilidad fuera superior?
Está claro señores, señoras, uno trabaja y varios leen las noticias tranquilamente en su despacho. ¿Acaso ya nadie sabe dirigir una empresa como dios manda?

¡Virgencita virgencita, que me quede como estoy!

MONOTONÍA

Pero cada mañana es distinta. Te levantas, con sueño. Te vistes, coges las cuatro cosas de siempre y sales. Pones el piloto automático a bordo del coche y te dejas llevar por el subconsciente. Más circulación, o menos. Da igual. Siempre es lo mismo. O no. Llegas a la puerta del cubículo de las 9 horas y suspiras un ¡ya estoy aquí! ¿qué nos deparará el día de hoy? No es por no ir pero, si he de elegir entre ser monótono o ser imaginativo, me paso al bando de Ende, así al menos mi mente no se colapsará del infinito vacío. De esa absoluta "nada" que se consigue por trabajar sin saber. Por aprender sin deber. Mejor ver, oír y callar. Pero sobretodo mirar. Que lo único diferente cada día es el amanecer, que no es poco.

martes, 25 de noviembre de 2008

El mismo lote cada año

Y no es que me queje, no, pero esto de que cada año sepamos que lote nos va a regalar la empresa le quita un poco ese halo de misterio por el que muchos suspiramos, y es que el factor sorpresa se ha ido yendo dando paso a la mala leche y a la absurda monotonía que cada vez invade más nuestro trabajo. Hace ya días que salgo del trabajo pensando en el trabajo, y eso, no está bien. No. Nada bien. Así que este año voy a hacer la buena acción típica de peli americana y les voy a decir que no me lo den, que prefiero que inviertan ese dinero en favor de nuestro futuro.

Ahora que pienso, este año despidieron a 8 de una tacada. Pues casi que se jodan y me den mi lote, que lo de tirarlo a la basura prefiero hacerlo yo. Te quedas más a gusto...